Tienen una prevalencia cercana al 5-8% en preescolares y a un 4% en escolares; y su mayor importancia radica en el hecho que alteran la capacidad de comunicación del niño con sus padres y pares.
En la etapa escolar, los trastornos del habla y del lenguaje puede asociarse a dificultades en el aprendizaje de la lectoescritura, a un rendimiento escolar deficiente, y en forma secundaria a trastornos en la esfera conductual y emocional.
En términos generales, estos trastornos suelen presentar un curso crónico; así, sin un diagnóstico y tratamiento adecuados, la patología persiste en el 40 - 60% de los casos.
ABORDAJE INICIAL
Al enfrentarse a un niño que se comunica mal, el primer paso es determinar si éste presenta un trastorno del habla o un trastorno del lenguaje, o bien su problema es secundario a alteraciones a nivel fono articulatorio o psicolingüístico.
La tabla 1 resume la clasificación de los trastornos del habla y del lenguaje infantil y las patologías más prevalentes para cada caso.
Posteriormente se revisará cada condición, en sus aspectos más generales, de modo de plantear su diagnóstico en la atención primaria.
Tabla 1: Clasificación de los trastornos del habla y del lenguaje
CLÍNICA
TRASTORNOS DEL HABLA:
- Dislalia: Alteración sistemática en la pronunciación de un determinado fonema, producto de la persistencia de formas de articulación inmadura.Se puede observar omisión, sustitución, inversión o distorsión del fonema.
Los fonemas más afectados en el idioma castellano son: S, R, L, D.
Conducta: Se espera que un niño de 4 años pronuncie adecuadamente la mayoría de los fonemas, y que un niño de 6 años los pronuncie todos normalmente.
Cuando se produce una alteración en la articulación que dificulta la comunicación, es recomendable la derivación del niño independiente de su edad.
- Espasmofemia: Alteración de la fluencia normal de las palabras, produciéndose el bloqueo o repetición de una o más sílabas.
Se acompaña de movimientos corporales que denotan tensión. La espasmofemia puede ser tónica, clónica o tónica-clónica.
El 88% se presenta en menor de 7 años; es más frecuente en hombres.
Conducta: Se recomienda una intervención "indirecta" hasta los 6 años, o sea, no llamar la atención al niño por hablar mal; hablarle en forma lenta y clara y evitar presionarlo a hablar o repetir las palabras hasta que las diga bien.
A partir de los 6 años es necesaria la derivación a fonoaudiólogo y psicólogo.
- Disfluencia o Tartamudez fisiológica o evolutiva: Diagnóstico diferencial de la espasmofemia. Se refiere a un proceso fisiológico en el cual el niño presenta repeticiones de la palabra completa.
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