¿Por qué mi hijo no habla todavía?

Cuando Nicolás tenía 20 meses era muy hábil formando torres con tazas de plástico, realizando rompecabezas y escuchando los cuentos que le contaban, pero no hablaba.

Los niños de la misma edad que Nicolás que no dicen una sola palabra o los que han alcanzado los dos años y dicen menos de 50 palabras son considerados como “niños demorados en hablar”.

Estos constituyen un 10% según la doctora Maura Moyle, profesora de patologías del lenguaje hablado de la Universidad de Marquette, en EE.UU.

La mitad de esos niños logra equipararse por su propia cuenta.

Los varones suelen demorarse tres veces más que las niñas.

Algunos expertos incluyen en esta lista a los gemelos quienes, como logran comunicarse tan bien entre ellos sin hablar, se demoran más.

Algo similar pasa con los nenes que tienen hermanos mayores, que parece no necesitan hablar porque ellos los comprenden y ayudan en todo sin necesidad de pronunciar palabra.

Los especialistas sugieren algunas estrategias.
Jeanette Hurt, periodista y escritora de temas infantiles, las ha recopilado.

Así, es necesario que se les hable directamente a estos niños pero sin hacer uso de preguntas en busca de que se vean obligados a hablar.

Decirles palabras y describirlas es una buena opción, según la autora, quien además dice que pudiera ser difícil determinar si su hijo es de aquellos que se demoran en hablar debido a una de estas razones o debido a un problema de escucha o cognitivo.

La mayoría de los niños ya hablan algo cuando llegan a los dos años. Uno de cada cuatro niños puede demorarse en hablar, pero la mayoría no necesitará de ayuda especial.

¿Qué es normal?
El habla se desarrolla de la misma forma en todos los niños, pero el tiempo varía.

Por regla general, están en capacidad de decir una palabra al menos al llegar al año, dos combinaciones entre los 18 meses y dos años; y oraciones de tres palabras antes de los 3.

Cuando los especialistas los evalúan toman en cuenta si las dicen y si las entienden.

Razones para las demoras
La herencia y el temperamento pueden ser causa de un retraso lingüístico, así como el que los padres se anticipen a lo que quiere el niño.

Seguir leyendo.
Fuente: http://www4.elcomercio.com/