Los niños con tartamudez no tienen problemas mentales, no son sordos ni necesitan que les ayudemos a hablar o al menos a que terminen de decir una palabra.
Los niños tartamudos necesitan ser escuchados, comprendidos, necesitan de un apoyo positivo y optimista. Esta ha sido mi conclusión tras ver la película El discurso del rey, que desnuda algunas verdades y mitos sobre esta dificultad del habla, tan incomprendida por la sociedad.
Como todos sabemos, la tartamudez no es una enfermedad, es uno de los problemas más frecuentes en las terapias del lenguaje, que afecta a un 1 por ciento de los niños en edad escolar.
Por lo general, empieza en la infancia y es más común entre los varones. Se caracteriza por una interrupción o falta de fluidez en el lenguaje.
El niño tartamudo sufre trabas involuntarias al hablar, prolonga y repite sonidos, sílabas o palabras, y sufre bloqueos mientras charla con alguien.
Como dice el personaje del rey Jorge VI, brillantemente interpretado por Colin Firfh, los tartamudos no son estúpidos.
El hecho de que sus palabras no salgan bien como deberían, no quiere decir que los niños tartamudos estén mal de la cabeza.
Infelizmente este es un gran "carga" que ellos llevan en sus espaldas en el día a día. Seguro que nos hemos cruzado alguna vez con alguna persona tartamuda.
He tenido un compañero de clase que tartamudeaba tanto que a veces nos costaba mucho comunicar con él.
Los niños tartamudez sufren burlas, acosos en la escuela, y lo que más les molesta es que la gente les diga que se tranquilice o que respiren antes de hablar.
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Fuente: http://www.guiainfantil.com/