La dislexia escolar puede corregirse en poco tiempo con un método fonográfico
Muchos
niños, más de los que suponemos, comenzarán el nuevo ciclo lectivo sin
haber logrado la decodificación de nuestro lenguaje escrito, sin haber
aprendido a leer. En cuanto a la codificación de la lengua, también es
deficiente y parcial, por lo tanto no pueden escribir al dictado
correctamente.Me refiero a las dificultades que padecen los niños que presentan algunas de las variantes de la denominada dislexia escolar, la manifestación más común de la amplia gama de los problemas de aprendizaje.
Inteligentes, con una capacidad psicofísica normal para aprender con éxito el lenguaje lecto-escrito, sin embargo estos alumnos no logran asimilar el código de nuestra lengua, que es la verdadera llave para aprender a leer y a escribir en castellano, esto es, interpretar sus principios alfabéticos al discriminar y recordar los fonemas y sus correspondientes grafemas.
Un entramado de diversas causas es el origen de esta poco difundida dificultad. Es tiempo que los padres conozcan en detalle sus síntomas al igual que todos los profesionales involucrados en el área educativa, pues es imprescindible el apoyo del hogar y de la escuela para que estos niños levanten su autoestima pudiendo solucionar sus dificultades.
Se impone la difusión de los síntomas de la dislexia y sus consecuencias en el largo plazo. Se manifiesta a la hora en que el niño se ve obligado a realizar, en el primer año escolar, el aprendizaje sistemático de la lecto-escritura.
Cada niño presenta un manojo de síntomas que le es propio y el profesional experimentado puede detectar aun antes del ingreso escolar los factores de riesgo.
LOS SÍNTOMAS
Los síntomas varían tanto en cantidad como en gradación de dificultades. Y a ellos sí deseo referirme a fin de difundirlos para prevenir las graves consecuencias que sobrevendrían si subestimamos su gravedad.
Debemos advertir que si los signos de riesgo no han sido detectados antes del primer año escolar, una vez manifestados lo mejor es actuar con premura pues estas dificultades no se solucionan por el solo paso del tiempo, antes bien, se agravan cada día más y requieren de un tratamiento especializado.
Este movimiento de difusión se impone pues los niños disléxicos no cuentan con un lugar dentro de nuestro sistema escolar.
No se encuadran dentro del sector de educación especial ni están en condiciones de seguir el ritmo del aula normal.
En consecuencia, en su tratamiento deberán involucrarse no solamente el profesional especialista, sino el docente asignado al niño y sus padres, a quien debemos apoyar con nuestro consejo y guía.
Los alumnos disléxicos están en las aulas sin que sea evidente, y la mayor de las veces son confundidos con niños indolentes o poco dotados intelectualmente.
Por ello sufren daños emocionales debido a la incomprensión de los adultos al desconocer el tema que nos ocupa. Es entonces que comienza a agravarse su manifestación.
El aprendizaje escolar comienza a deteriorarse, y al no realizarse en su plenitud (pues el niño que no lee posee huecos de información muy importantes) tampoco se verá favorecido el desarrollo de su calidad intelectual, sino todo lo contrario.
Sabemos que el aprendizaje actúa potenciando el bagaje natural del niño, privado del acceso a la comprensión de textos, su capacidad cognitiva, su razonamiento lógico, también se empobrecerán.
LOS JÓVENES FUTUROS
Serán los jóvenes lentos e inmaduros que aun en su vida diaria les cuesta comprender consignas y desenvolverse con prontitud y eficiencia. Se verán privados en el futuro del acceso a las universidades y a los mejores puestos de trabajo.
Las fuentes utilizadas:
http://www.todosleen.com.ar/