Lenguaje en la esquizofrenia.

Introducción
La esquizofrenia suele ser comprendida erróneamente como una “doble personalidad”, aunque su sintomatología está más bien ligada a alteraciones en la percepción de la realidad y en el modo de interactuar con el mundo.

En la actualidad, se estima que esta enfermedad afecta a aproximadamente 250 millones de personas en el mundo, y estudios realizados por la OMS señalan que presenta una incidencia similar en todas las culturas.

En décadas recientes, el desarrollo de nuevas drogas terapéuticas ha permitido manejar algunos de sus síntomas (tales como alucinaciones y delirios), pero sus sutiles mecanismos de acción aún no están claros (Cohen, 1996)

Uno de los aspectos que aún plantea interrogantes es el comportamiento comunicativo de los enfermos, ya que presenta diversas alteraciones.

Durante los últimos años, descubrimientos acerca de anormalidades en la morfología de zonas cerebrales en que se encuentran centros de lenguaje y de control ejecutivo, han aumentado el interés en dicha área de estudio (Goldman-Rakic, 1992).

Entre la comunicación y la morfología
El tema de los patrones comunicativos y de las alteraciones morfológicas en el cerebro de los esquizofrénicos ha dado lugar a una de las mayores polémicas relacionadas con la enfermedad, a saber, la discusión sobre su origen.

La primera hipótesis, llamada “Dopaminérgica” o “de los Neurotransmisores”, plantea que la esquizofrenia es el resultado de alteraciones en el nivel de actividad de algunos neurotransmisores y de sus receptores, en ciertas zonas del cerebro.

Se estima que las áreas en que ocurre una hiperactividad (tales como la corteza prefrontal y frontal) participan en la manipulación de información simbólica y en el desempeño de la memoria funcional, esenciales para la comprensión del lenguaje, el aprendizaje y el razonamiento (Andreasen, 1992, Pág. 130-131).

La “Teoría del Doble Vínculo”, por otra parte, plantea que la esquizofrenia es el resultado de formas de comunicación patológica que ocurren dentro de una familia.

Estas estarían caracterizadas por mensajes y metamensajes conflictivos entre sí, que ponen al sujeto frente a una interacción imposible, con efectos negativos en la conducta.

Se ha encontrado evidencia de estas formas de interacción al interior de familias de esquizofrénicos, pero pareciera que ellas no son la causa del trastorno (Rieber y Vetter, 1995)

Un tercer modelo para explicar el origen de la esquizofrenia implica la confluencia de múltiples causas, genéticas y ambientales, que determinan su aparición en algunos individuos.

Es posible que personas con una plataforma genética que los haga vulnerables, desarrollen esquizofrenia al someterse a situaciones estresantes, hostiles, que actúan como “gatilladores” del comienzo de la enfermedad.

Seguir leyendo. 
Fuente: http://www.periodismoudec.cl/