En este 'especial' dedicado al lenguaje del niño recopilamos toda la información relacionada con las primeras palabras y el aprendizaje del habla del niño. Te ofrecemos la información más destacada y algunas recomendaciones útiles.
Aprender a hablar es, a menudo, uno de los pasos del desarrollo del niño que más dudas crea entre los padres. Con este 'Especial lenguaje del niño' intentamos resolver las cuestiones más comunes.
Las primeras palabras del niño aparecen hacia el final del primer año de vida. Una actitud adecuada puede estimular el habla del niño y ayudarlo a aprender a hablar.
Leer cuentos al niño, hablarle y animarle a desinhibirse y expresarse libremente estimularán al niño y favorecerán su aprendizaje.
Sin embargo, no hay que olvidar que cada niño tiene su ritmo y su desarrollo y aprendizaje es diferente en cada caso.
Hemos recopilado una serie de artículos que explican cuando empieza el niño a balbucear y cuando llegan las primeras palabras. Y hablamos en profundidad sobre cómo podemos estimular al bebé o qué hacer si el niño tarda en aprender a hablar.
Además, tratamos algunos trastornos del habla, como la tartamudez; y algunas situaciones complejas como los hogares bilingües.
Antes de que el niño empiece a hablar, el bebé se comunica mediante gestos, expresiones en su rostro y, sobre todo, el llanto.
Hacia los seis meses aparecen los balbuceos, desarrollando extraordinariamente la capacidad para comunicarse del pequeño.
Placer, alegría y deseos son sentimientos que el pequeño experimenta ya con enorme intensidad y que refleja, sobre todo, en las expresiones de su rostro.
Sin embargo, entre los cuatro y los seis meses, el bebé desarrolla extraordinariamente su capacidad para comunicarse con los demás y empieza a balbucear sus primeras sílabas. Ahora, la vista y las miradas, que hasta el momento habían representado el principal canal de comunicación con el bebé, ya no es suficiente.
De forma gradual, el pequeño empieza a utilizar una serie infinita de vocablos, como "oh" y "ah", y descubre la posibilidad de unir una consonante a las vocales, estableciendo los cimientos del verdadero lenguaje. Este "gimnasio sonoro" constituye para ellos la antesala del lenguaje.
Las primeras palabras van acompañadas casi siempre de gestos que ayudan al niño a expresar el mensaje que quiere transmitir, y son utilizadas como símbolos que sustituyen a los objetos o a las intenciones.
Esta capacidad de expresar las palabras va unida al desarrollo del pensamiento: hacia los ocho meses, el niño es capaz de relacionar las diferentes sensaciones visuales, táctiles y auditivas; el pequeño aprende a elaborar una imagen mental de lo que ve, escucha o toca, y la traduce en una palabra.
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Fuente citada: http://www.mibebeyyo.com/