Introducción
La familia y la escuela son los marcos donde básicamente se adquiere y desarrolla el lenguaje de la mayoría de los niños de nuestra sociedad.
Nadie discute el papel del entorno familiar en el acceso a las primeras etapas del lenguaje.
La importancia de la escuela es igualmente incuestionable, ya que favorece las relaciones e interacciones necesaria para que se desarrolle la comunicación interpersonal y, en buena medida como consecuencia de ello, la evolución del lenguaje.
Así, una de las características de la escuela es que puede potenciar el desarrollo del lenguaje.
Paralelamente, la escuela exige unos niveles mínimos de lenguaje para poder acceder y seguir mejor los aprendizajes que en ella se imparten.
Este es un factor determinante que se ha de tener siempre presente.
Si no se da este nivel requerido en un momento preciso de la vida escolar, se obstruye el acercamiento a otros conocimientos para cuyo acceso es básico un adecuado desarrollo que al mismo tiempo precisa para cumplir la función de impartir conocimientos y favorecer el pensamiento.
El lenguaje es vital como intermediario en numerosas situaciones de aprendizaje.
No se puede, pues, cuestionar el papel de la escuela como favorecedor del desarrollo del lenguaje prácticamente desde sus primeras etapas, por un lado, y como detector, por otro, de posibles dificultades o transtornos de aquél, de los que a veces es involuntariamente generadora.
Evolución del lenguaje
El lenguaje no es un objeto de estudio simple, unívoco, cuya descripción y funcionamiento puedan ser explicadas con facilidad.
La adquisición del lenguaje implica la coordinación de múltiples aptitudes y funciones y la intervención de numerosos órganos distintos.
El lenguaje puede verse desde diferentes ópticas (audiología, neurología, psicología y lingüística), que emplean a su vez distintas estrategias de información e intervención.
En el ser humano, el lenguaje oral es el más representativo, pero no el único modo de comunicación.
Hemos de valorar la importancia del lenguaje gestual y, por supuesto, del lenguaje escrito, así como de los lenguajes alternativos.
La adquisición del lenguaje no es un fenómeno aislado; es simultáneo a otros progresos del niño y toma forma en conductas de comunicación, por lo que hay que tener en cuenta las funciones nerviosas superiores, la interacción con el entorno, los factores sociales y culturales, los afectivos y emocionales, y el pensamiento.
El desarrollo del lenguaje está ligado a la evolución nerviosa...
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