Concepto
El leguaje se considera como el instrumento básico de comunicación emocional y de relación en la especie humana. Por tanto, sus déficits pueden ser causa de una gran variedad de desajustes psicológicos.
Estos pueden ser reactivos a las dificultades de relación y comunicación del niño con los adultos de apego y con los de su entorno social en general, o bien, y dependiendo de la gravedad del déficit, a las alteraciones neurocognitivas que merman las habilidades de análisis, y por tanto de afrontamiento, frente a la gran variedad de situaciones a las que debe hacer frente el niño.
En los trastornos de la comunicación, según el DSM-IV-TR, se diferencian cuatro trastornos relacionados con el habla, referentes a la producción de sonidos.
A nivel evolutivo es importante tenerlos en cuenta ya que existe una asociación frecuente entre los trastornos de la comunicación, incluyendo trastornos del lenguaje, con los trastornos del aprendizaje, es más existen evidencias que sugieren que los trastornos del lenguaje pueden ser precursores evolutivos de los trastornos del aprendizaje, más que meros trastornos comórbidos de etiología independiente.
Al igual que en los trastornos del aprendizaje la investigación actual de los trastornos de la comunicación está variando, del énfasis en los déficits del procesamiento audioperceptivo se dirige hacia una definición basada en las funciones simbólicas del lenguaje.
Existe una estrecha conexión entre los procesos sensoriales, perceptivos, motores y cognitivos en el desarrollo cerebral.
De forma esquemática, se incluyen como zonas cerebrales del lenguaje a una serie de estructuras neuroanatómicas corticales del hemisferio izquierdo y que según Diaz (2002) comprenderían:
El córtex asociativo frontal o área de Broca. Comprende las partes oporcular y triangular de la tercera circunvolución frontal.
El córtex asociativo temporal situado detrás del área auditiva primaria y una parte de la segunda circunvolución temporal. Forman el área de Wernicke.
Dos regiones del córtex asociativo multimodal que ocupan la conjunción temporo-parieto-occipital, el gyrus supramarginal y el angular o pliegue curvo. Se le denomina zona de Wernicke.
A las anteriores estructuras se les suele añadir la zona del córtex senso-motor que sigue a la parte opercular de los gyrus pre y post-central izquierdos. Igualmente, se incluye como estructura subcortical al fascículo arqueado que une la zona de Wernicke con la de Broca.
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Fuente: http://www.biopsicologia.net/