Autismo

1943. Leo Kanner (psiquiatra) describió por primera vez un fenómeno desconcertante de la alteración del desarrollo humano: el autismo. Identificó este trastorno en 11 niños que llamaban la atención por "su aislamiento, su rígida adherencia a rituales, su cerrada oposición a los cambios y extrañas peculiaridades de su lenguaje".

¿Qué es?
En la actualidad existe una nueva concepción de base biológica sobre el autismo como una discapacidad madurativa con un sustrato neurológico y con un componente genético.

Es, en sentido estricto, un conjunto de síntomas y puede asociarse a muy diferentes trastornos neurobiológicos y a niveles intelectuales muy variados.

La definición actual se basa en los criterios del DSM-IV (Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales) publicado por la Asociación Norteamericana de Psiquiatría (4º edición); resumiendo estos criterios diremos que: todos los autistas presentan tres categorías generales de deterioro del comportamiento:
  1. Deterioro cualitativo de la interacción social recíproca: de la relación social.
  2. Deterioro cualitativo del desarrollo del lenguaje y la comunicación.
  3. Modos de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos y estereotipados.
El trastorno se inicia a edad temprana generalmente dentro de los 3 primeros años de vida

¿Es frecuente el autismo?
El autismo clásico con todos estos síntomas aparece en aproximadamente 4 por cada 10.000 niños. En la actualidad se ha definido el llamado "espectro completo del autismo" (Lorna Wing de Londres) en el que se han incluido niños con síntomas más leves. Si se incluyen estos niños, la frecuencia aumenta hasta 21 niños por cada 10.000.

Es más frecuente en niños que en niñas: por cada 3 ó 4 niños, 1 niña.

¿Cuáles son los síntomas del autismo?
Describiremos los síntomas que aparecen en los tres aspectos del deterioro del comportamiento que hemos planteado en la definición:
  • Deterioro cualitativo de la relación social: los niños autistas pequeños, no responden ni se interesan por lo que les rodea, los padres desde los primeros meses observan una "falta de contacto visual", no responden con las miradas, falta de interés en ser tenidos en brazos o rigidez al estar en brazos.
    Esta falta de interés por lo general se mantiene a lo largo de su vida, aunque disminuye a medida que progresan en su maduración y pueden llegar a establecer juegos paralelos e identificar a los "amigos".
  • Deterioro cualitativo de la comunicación y el lenguaje: el lenguaje oral es la forma más habitual de comunicación entre las personas, pero antes de que se establezca este lenguaje, se desarrolla el lenguaje no verbal. Uno de los signos más tempranos de aparición del autismo suele ser la falta de comunicación no verbal, que ya se observa entre los 9 y 18 meses. No hacen gestos para señalar objetos, no mueven la cabeza para decir "si" o "no", no señalan objetos para compartir experiencias o emociones.
    El lenguaje oral está siempre afectado. Por lo general las primeras palabras no comienzan antes de los 2-3 años, pero cuando se establece el lenguaje, no es un lenguaje útil, ni social, a menudo repiten constantemente todo o parte de lo que oyen (ecolalia), a medida que los niños van creciendo y en los casos más leves, pueden adquirir un lenguaje mejor, pero siempre estará limitado en algunos aspectos, como falta de narraciones espontáneas, lenguaje monótono sin entonación, en algunos casos pueden resultar "pedantes" cuando hablan de los temas que les interesan (repetición de frases enteras oídas previamente), pueden parecer "entrometidos" porque no saben respetar los turnos por falta de percepción del otro lado de las conversaciones, emisión de respuestas sin relación con el tema, etc.
  • Intereses y comportamientos estereotipados, repetitivos y restringidos: la mayoría de los niños pequeños autistas tienen un comportamiento repetitivo que se caracteriza por el estereotipo y la perseverancia, por ejemplo, golpearse la cabeza, mover los dedos de forma repetitiva, dar pasos o girar sobre los pies. El estilo repetitivo se manifiesta también en los juegos, así prefieren alinear siempre los coches de la misma forma exacta y no juegan nunca con juegos imaginativos ni variados. En los niños más mayores y menos afectados, la característica fundamental es el interés persistente en sólo determinados temas.
Los niños autistas tienen además una "adhesión compulsiva" a rutinas y rituales, muchos de los trastornos del comportamiento son causados por la ruptura de las rutinas.

Si el niño con autismo no comprende a los demás, ni se interesa por ellos, no puede disfrutar de los juegos imaginativos, ni con el intercambio de ideas con otras personas, no puede integrar experiencias pasadas y presentes para planificar el futuro, lo único que le queda es repetir las actividades que le proporcionan placer.

¿Cómo se diagnostica el autismo?
Primero es necesario tener un diagnóstico de sospecha que deberá hacerlo el pediatra, basado en la información que recibe de los padres y en su propia observación y a continuación deberá ser enviado al psiquiatra o a unidades específicas con experiencia en autismo, donde realizarán el diagnóstico definitivo.

Será importante saber si el niño es realmente autista o si tiene retraso mental sin autismo o una hipoacusia (no oye) u otros trastornos del lenguaje y aprendizaje.

El diagnóstico debe realizarse antes de los 3 años y para ello ha demostrado ser de utilidad el cuestionario CHAT (Checklist for Autism in Toddlers) que está ideado para utilizarlo a los 18 meses de vida, momento en el que la mayoría de los padres ya están preocupados por el retraso del lenguaje o desarrollo social de su hijo.

Este cuestionario tiene dos partes: una de ellas se basa en las preguntas a los padres y la otra en la observación del pediatra.
Actualmente, la mayoría de los niños se diagnostican hacia los 6 años.

¿Cuál es el pronóstico de estos niños?
La evolución varía considerablemente: algunos de ellos continuarán necesitando algún tipo de asistencia cuando sean mayores, un grupo adquirirá gran independencia funcional y algunos parecen "superar" el autismo con la edad.

El pronóstico será peor si el niño tiene un cociente intelectual no verbal bajo y si no ha iniciado un lenguaje con significado antes de los 5 años.

La mayoría de niños autistas mejora en áreas de función social y lenguaje y disminuye sus conductas repetitivas y estereotipias a medida que crece. Es frecuente que se produzca algún retroceso en la pubertad, que en muchas ocasiones es temporal.

¿Cuál es el tratamiento?
Como en todos los enfermos crónicos, ha de realizarse un tratamiento de los síntomas y complicaciones del niño y un apoyo a la familia que permita la mejor calidad de vida posible de ambos. Los aspectos específicos del tratamiento de los síntomas son:

1) Manejo del comportamiento: consiste en establecer un programa eficaz de entrenamiento de comportamientos, aplicando la psicología conductista. El objetivo principal es estimular los comportamientos deseables y limitar los indeseables. Los padres y educadores deberán ser entrenados para poder realizarlo.

2) Enfoque educacional: favoreciendo el desarrollo del lenguaje comunicativo y las aptitudes sociales para lo que las escuelas a las que acuda el niño, deben estar dotadas de material y personal adecuados, el objetivo a largo plazo es que el niño se desenvuelva de la manera más eficaz y cómoda posible en el ambiente menos restrictivo.

3) Farmacoterapia: los medicamentos se reservan para los niños que no responden a otros tipos de tratamiento o que presentan otros síntomas asociados.

4) Apoyo a la familia: en la actualidad los profesionales que están correctamente preparados para realizar este apoyo son pocos.

La mayor parte de los pediatras no se ha visto nunca a lo largo de su vida profesional en la necesidad de atender un niño autista por lo que sus conocimientos inicialmente no son amplios, a pesar de esto, podrán y deberán en el momento en que lo necesiten informarse para poder trabajar adecuadamente con las familias de estos niños.

El mayor apoyo pueden recibirlo de los especialistas implicados en el tratamiento del niño (psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y educadores) y de las asociaciones de autistas y padres de niños autistas.

Es en estos momentos fundamental el trabajo desarrollado por estas asociaciones, será seguramente gracias a las presiones que ejerzan sobre los organismos oficiales y los profesionales implicados, unido a los avances científicos, lo que pueda mejorar el pronóstico a largo plazo de estos niños.

El autismo es un trastorno infantil que tiene una mayor incidencia en niños que en niñas.
Las habilidades de un niño autista pueden ser altas o bajas dependiendo tanto de su nivel de cociente intelectual y de su capacidad de comunicación verbal.
Las causas del autismo aún se desconocen, pero existen algunas teorías que pueden explicar la enfermedad.

¿Cuáles son las causas del autismo?

1. Las relaciones del niño autista con su entorno y su ambiente social. Algunos estudios relacionan el autismo con una falta de afectividad en la infancia. En ocasiones, se ha relacionado el autismo con una educación sostenida por padres distantes, fríos y demasiado intelectuales.

2. Deficiencias y anormalidades cognitivas. Parece existir alguna base neurológica en el desarrollo de esta enfermedad, aunque no está demostrada.

3. Procesos bioquímicos básicos. Se ha encontrado un exceso de secreción de serotonina en las plaquetas de los autistas.

Perfil de un niño autista

El niño autista tiene una mirada que no mira, pero que traspasa. En el lactante, se suele observar un balbuceo monótono del sonido, un balbuceo tardío y una falta de contacto con su entorno, así como un lenguaje gestual.

En sus primeras inteacciones con los demás, lo primero que se detecta es que no sigue a la madre en sus intentos de comunicación y puede entretenerse con un objeto sin saber para qué sirve.

En la etapa preescolar, el niño empieza a parecer extraño porque no habla. Le cuesta asumir el yo e identificar a los demás.

No establece contacto con los demás de ninguna forma. Estos niños autistas pueden presentar conductas agresivas, incluso para sí mismos. Otra característica del autismo es la tendencia a llevar a cabo actividades de poco alcance de manera repetitiva como dar vueltas o llevar a cabo movimientos rítmicos con su cuerpo (aletear con sus brazos)

Los autistas con un alto nivel funcional pueden repetir los anuncios comerciales de la televisión o llevar a cabo rituales complejos al acostarse a dormir.

En la adolescencia, se dice que 1/3 de los autistas suelen sufrir ataques epilépticos, lo cual hace pensar en una causa de origen nervioso.

Resumen de los síntomas que indican que el niño es autista

- Acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los sentimientos de los demás.
- Ausencia de búsqueda de consuelo en momentos de aflicción.
- Ausencia de capacidad de imitación.
- Ausencia de juego social.
- Ausencia de vías de comunicación adecuadas.
- Marcada anormalidad en la comunicación no verbal.
- Ausencia de actividad imaginativa, como jugar a ser adulto.
- Marcada anomalía en la emisión del lenguaje con afectación.
- Anomalía en la forma y contenido del lenguaje. - Movimientos corporales estereotipados.
- Preocupación persistente por parte de objetos.
- Intensa aflicción por cambios en aspectos insignificantes del entorno.
- Insistencia irracional en seguir rutinas con todos sus detalles.
- Limitación marcada de intereses, con concentración en un interés particular.

¿Existe tratamiento?

La educación especial es el tratamiento fundamental y puede darse en la escuela específica o bien en dedicación muy individualizada ("Maternage")

Se puede recurrir a la psicoterapia, aunque los resultados son escasos debido a que el déficit cognitivo y del lenguaje dificultan la terapéutica. El apoyo familiar es de gran utilidad. Los padres deben saber que la alteración autista no es un trastorno afectivo relacionado con la crianza.

Es recomendable buscar y mantener contactos con asociaciones para padres de niños autistas. Hay considerar también el tratamiento farmacológico, que deberá estar indicado por un medico especialista.

¿Se puede curar el autismo?

El autismo no tiene curación. Es un síndrome que definió en 1943 un psiquiatra de origen austriaco llamado Leo Kanner. Hoy en día, 50 años después, aún no se conocen las causas que originan esa grave dificultad para relacionarse. Se calcula que unos 350 niños en la Comunidad de Madrid conviven con el síndrome.

¿Qué pueden hacer los padres?

Los padres que sospechan que su niño puede ser autista, deben consultar al pediatra para que los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes, quien puede diagnosticar con certeza el autismo, su nivel de severidad y determinar las medidas educacionales apropiadas.

El autismo es una enfermedad y los niños autistas puede tener una incapacidad seria para toda la vida. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, algunos niños autistas pueden desarrollar ciertos aspectos de independencia en sus vidas.

Los padres deben de alentar a sus niños autistas para que desarrollen esas destrezas que hacen uso de sus puntos fuertes, de manera que se sientan bien consigo mismos.

El psiquiatra, además de tratar al niño, puede ayudar a la familia a resolver el estrés; por ejemplo, puede ayudar a los hermanos, que se sienten ignorados por el cuidado que requiere el niño autista, o que se sienten abochornados si traen a sus amigos a la casa.

El psiquiatra de niños y adolescentes puede ayudar a los padres a resolver los problemas emocionales que surgen como resultado de vivir con un niño autista y orientarlos para que puedan crear un ambiente favorable para el desarrollo y la enseñanza del niño. 

AUTISMO INFANTIL Y EL AUTISMO MÉDICO EN ARGENTINA
Hablar de Dietas, de Tratamientos Biológicos, de Neurometabolismo se ha vuelto una MALA PALABRA en nuestro país.

Nuetros mas afamados Médicos, Neurólogos y Psiquiatras “especialistas” en el campo del Autismo, los Trastornos Generalizados del Desarrollo, el Défict de Atención y la Hiperactividad, "desechan" este tipo de tratamientos y concepciones basados en que no hay evidencia científica que avale los mismos y estimulan a los padres a abandonar la búsqueda de información sobre el supuesto de que es un comercio alternativo del cual se benefician muchos profesionales inescrupulosos que abusan de las necesidades y de la desesperación de los padres de niños afectados por estos trastornos.

No hay relación entre la alimentación de estos niños y las alteraciones que los afectan? que cosa….desde el año 1985 en que comienzo a trabajr en un Centro psiquiatrico infantil en Don Torcuato, dirigido entonces por el Dr. Guillermo Fernandez, psiquiatra infantil y un gran maestro que me introdujo en la clinica de los trastornos severos, he visto que el tema de la alimentación siempre estuvo presente, aunque no de forma tan evidente en muchos casos.

Daniel, un niño de 11 años, era muy selectivo con las comidas, separaba los alimentos que se le daban combinados en su plato, arroz por un lado, verduras por otro y era bastante reticente a probar las verduras. Algunas veces la separaba por el color.

Sebastian en cambio, las separaba por el olor y era selectivo, comia determinados alimentos.


Fuente:
http://www.aepap.org/  
http://www.guiainfantil.com/  
http://blogsdelagente.com/  
http://www.psicopedagogia.com/  
http://www.guiainfantil.com/  
http://es.wikipedia.org/