Dislexia


¿Qué es la Dislexia?


El término dislexia agrupa una serie de dificultades en los procesos lectores, también denominados en la clasificación americana “trastorno específico del aprendizaje de la lectura”.

Para considerar que esta dificultad está presente deben existir problemas en el aprendizaje de la lectura a pesar de que la persona posee los recursos intelectuales indispensables para aprender a leer. Paralelamente debe haber tenido acceso a un adecuado aprendizaje formal (escolaridad) 

Aunque lo primordial para que se considere que una persona padece de dislexia es que existan problemas de lectura, estos problemas se ponen muchas veces de manifiesto en la escritura del individuo y en el desempeño general de tareas que dependen de las habilidades verbales de la persona.

¿Todas las personas disléxicas padecen de las mismas dificultades?
No. La dislexia es un fenómeno amplio que agrupa diversas dificultades. Los problemas de lectura pueden tener origen en diversa falencias.

Y aunque todas acaban por repercutir en las capacidades lectoras de la persona, tienen pronósticos y tratamientos diferentes.

Es por eso que resulta fundamental que más allá de detectar la presencia de problemas generales en la lectura, se proceda a una evaluación a cargo de un especialista.

Básicamente, la dislexia puede deberse a problemas en dos áreas diferentes. El sujeto puede tener dificultades para formar adecuadamente las palabras combinando las letras, es decir una dificultad para transformar cada letra en el sonido correspondiente (conversión de grafema en fonema), y esto puede reflejarse según la gravedad del caso en confusiones de palabras, lectura extremadamente lenta o la completa incapacidad para aprender a leer.
Por otro lado, algunas personas pueden tener dificultades de tipo visual, que les generan problemas a la hora de identificar adecuadamente las letras, lo que provoca errores de sustitución, omisión, inversión o adición de letras en una palabra, alterando su sentido e imposibilitando una adecuada comprensión.

¿Cómo se evalúa la dislexia?
Existen diferentes pruebas neuropsicológicas destinadas a evaluar las capacidades lectoras de una persona y que permiten ver cómo funciona cada área específica (procesos visuales, procesos léxicos, comprensión de textos, velocidad de lectura, etc.)

A partir de esto es posible planificar intervenciones mucho más eficientes adecuándolas a las particularidades de cada caso.

¿Cuándo debe realizarse una evaluación de la lectura?
Ante la enorme importancia que tiene la detección temprana de este tipo de problema y a su vez, el carácter fundamental de la lectura para el funcionamiento social de todos los individuos, la respuesta debería ser “siempre que exista la más mínima duda”.

En términos prácticos debe tenerse en cuenta que cualquier niño debería terminar su primer grado leyendo y debería lograr hacerlo sin errores y de forma fluida antes de concluir el segundo curso.

Cualquier demora en el aprendizaje de la lectura debería ser una alarma ya que los resultados de un tratamiento son siempre mejores cuando la intervención es temprana.

¿Qué causa la dislexia?
Existen hoy por hoy pruebas suficientes de de que la dislexia es una dificultad que se origina en diferencias en el sistema nervioso central de las personas que la padecen.

Para aprender a leer, nuestro cerebro utiliza una serie de áreas específicas que originalmente a lo largo de la evolución no fueron diseñadas específicamente para eso.

En algunas personas, algunas de estas áreas no son capaces de adaptarse de forma eficiente al aprendizaje de la lectura y allí surgen las dificultades.

Hablamos de dificultad y no de enfermedad, justamente porque se trata de la dificultad de una persona para realizar una actividad artificial, producto de la cultura en la que se desenvuelve y no de una habilidad que se encuentra biológicamente determinada, como sí lo está el habla o la motricidad.

¿Cualquier problema de lectura debe considerarse como “dislexia”?
No. Sin embargo cualquier problema de lectura debe ser evaluado y tratado. Existen personas que padecen dificultades de lectura debidas a otras causas tales como problemas perceptivos, problemas atencionales, dificultades para beneficiarse del aprendizaje a causa de su conducta, etc. 

Pero en todos los casos es claro que existe un problema y que debe ser abordado.
En el caso de la lectura, esperar a que con el tiempo la persona mejore por si misma es una apuesta demasiado arriesgada y que en la mayoría de los casos no funciona bien.



Dislexia infantil

Dislexia en el aula

¿Cuáles son las causas más frecuentes del retraso escolar?

Para intentar buscar un remedio, antes tendremos que descubrir cuál es la raíz, la causa del fracaso. En circunstancias normales, el niño que acude al colegio lo hace con la ilusión de aprender.

El ambiente, tal como está hoy organizada nuestra sociedad y según su escala de valores, tiende a favorecer la ilusión por el triunfo.

Son numerosas las familias que se rigen por las notas escolares para establecer su «código» de premios y castigos. De hecho, son muy pocos ya los valores reconocidos que no vayan unidos a situaciones de éxito.

Es muy difícil animar a unos padres angustiados por los fracasos escolares de un hijo, haciéndoles observar que hay en él otras muchas cualidades que merecen elogio: generosidad, bondad, disciplina; lo que realmente cuenta es el «boletín», el resultado de las evaluaciones, la mayoría de las veces reducido a unos fríos códigos, fruto de la cibernética.

Hemos de buscar el motivo por el que un niño en una situación escolar de estimulo y con unos métodos adecuados a su edad y que son válidos para la mayoría de sus compañeros, es incapaz de seguir el normal rendimiento de la clase.

En primer lugar, puede haber un defasaje del contenido escolar, motivado por diversas causas; las más frecuentes son aquellas que crean en el niño situaciones temporalmente «cargadas» afectivamente: problemas emotivos, familiares, enfermedad de los padres, etc.

Niños que, sencillamente, han asistido con poca regularidad al colegio, que han tenido que viajar, o ser trasladados por motivos familiares de uno a otro centro con el "típico despiste" ante un ambiente y unos métodos diferentes.

Niños con inmadurez afectiva, no ya por situaciones temporales sino por causas diversas, y que aún con niveles de inteligencia que podemos considerar normales, presentan una conducta y un rendimiento por debajo de su edad cronológica.

Los niños que presentan una dificultad específica en el área verbal, sufriendo por ende alteraciones en el área de la expresión escrita son los que sufren una dislexia. Estos son niños con una inteligencia dentro o superior a la  media, pero con  un  rendimiento notablemente inferior a sus posibilidades.

*Los datos que sobre ellos nos dan los profesores y los padres suelen tener unas características típicas: su comprensión verbal es bajísima, la lectura mecánica  casi siempre es defectuosa, las confusiones en la escritura son muy frecuentes.

Suelen describirlos como distraídos,  e incluso con mala voluntad, pues "repiten" mal aquello que se les corrige.

Niños que los padres confiesan que en casa son "despistados", no saben hacer los mandados, buscar las cosas. Niños que no sienten interés por la lectura, incapaces de entregar una ficha sin que esté llena de borrones, tachaduras o faltas.

Alumnos que suelen contestar algo que no se relaciona con las preguntas que se les han hecho, puesto que al confundir las palabras cambian su simbolismo.

Pueden ser imaginativos, creadores, inquietos, agresivos, líderes del grupo, o bien inseguros, apáticos, angustiados, según hayan reaccionado ante el fracaso escolar, factor común en todos ellos.

Hay algunos que solamente serán incapaces de superar el área de Lenguaje, llegando a obtener buenas calificaciones en Ciencias y en Plástica, y otros a los que sus dificultades impiden la asimilación del total de las materias escolares.

De hecho la dislexia deja de ser un simple problema pedagógico y en muchos casos puede transformarse en un angustioso problema personal.

De forma sencilla y práctica quisiéramos clasificar las dislexias. Conscientes escribimos "dislexias" porque pensamos que no hay un solo tipo de dislexia, como no existe un tipo único de niño disléxico.

La dislexia visual es la dificultad para seguir y retener secuencias visuales y para el análisis e integración visual de los rompecabezas y tareas similares. Esta se caracteriza por la inhabilidad para captar el significado de los símbolos del lenguaje impreso.

No esta relacionado con problemas de visión, sólo con la inhabilidad de captar lo que se ve. La mayoría percibe letras invertidas y perciben también invertidas algunas partes de las palabras, son lentos y tienen problemas con la secuencia.

Este tipo de dislexia es la más fácil de corregir, por medio de ejercicios adecuados pueden aprender los signos gráficos con precisión y gradualmente aprender secuencias; pero la lentitud persistirá.

La dislexia auditiva es la dificultad para discriminar los sonidos de letras y trabados, reconocer pautas de sonido, secuencias, palabras, ordenes e historias. Esta es la forma de dislexia más difícil de corregir y radica en la inhabilidad de percibir los sonidos separados (discontinuos) del lenguaje oral.

La mayoría de los disléxicos auditivos presentan una audición normal. Su facultad discriminativa auditiva, trae como consecuencia grandes dificultades en el deletreo y la composición. La enseñanza fonética tradicional carece de sentido para ellos.

También presentan dificultades en repetir palabras que riman, interpretar marcas diacríticas, aplicar generalizaciones fonéticas y pronunciar palabras con exactitud.

Teniendo estos niños obstruidas las relaciones fundamentales de sonidos y símbolos del lenguaje su trastorno se hace difícil de corregir, y las ideas y ejercicios especialmente ideadas para ellos requiere de mucha paciencia, tanto para el docente como para el niño.

Por regla general, los disléxicos auditivos deben idear sus propios ejercicios de deletreo y otras tareas análogas.

La dislexia profunda o fonémica, en ella se aprecian errores de tipo semántico, dificultad para comprender el significado de las palabras, con adición de prefijos y sufijos, mayor facilidad para las palabras de contenido que para las de función.

La dislexia fonológica o semántica sobre la que se conocen pocos trabajos. Si falla la ruta fonológica aparece la dislexia fonológica, donde el paciente utiliza entonces la ruta léxica, esta sólo le permite reconocer las palabras familiares.

Fuente utilizada:
http://www.fnc.org.ar/
http://www.monografias.com/