Algunos problemas de pronunciación en los niños pueden corregirse en casa
El uso de elementos como pitillos y cucharas ayuda a ejercitar los músculos que intervienen en la producción de sonidos.
Muchas veces los niños no pueden pronunciar la ‘r’ o la ‘rr’ o son tildados como ‘lenguisopas’ porque no pueden decir la letra 's' porque simplemente les cuesta pronunciar algunas palabras. Pero cuando esto se convierte en hábito, hay que actuar y consultar a los especialistas en el tema.
Los problemas de pronunciación o dicción son desórdenes en los movimientos de los órganos fonoarticuladores (mandíbula, labios, lengua, velo del paladar, dientes superiores, paladar duro, alvéolos y cavidad nasal) que intervienen en la producción de fonemas o sonidos.
“Cualquier retraso o desorden en este proceso articulatorio implica una dificultad en la pronunciación de los sonidos”, afirma la fonoaudióloga Adriana Guzmán.
Esto se conoce como dislalias y reciben nombres determinados, de acuerdo al diagnóstico. Por ejemplo, la articulación defectuosa de la ‘s’ se llama sigmatismo; la de la ‘r’, rotacismo, o la de la ‘d’ como deltacismo, etc.
El desarrollo de cada niño es diferente; lo mismo ocurre con la evolución de su lenguaje y, para tratar un problema de dicción, es indispensable conocer su causa.
Hay dislalias que son ocasionadas porque un niño no escucha bien o porque tiene malformaciones, lesiones auditivas, del sistema nervioso, problemas en órganos como los labios, la mandíbula, los dientes o el paladar, entre otros, que deben ser consultados con el especialista correspondiente para tratar cada caso.
Pero hay otras comunes y normales para su edad que, además de consultar, pueden ser tratadas en casa.
Hora de actuar
Estos inconvenientes, los cuales no requieren un tratamiento especializado, pueden empezar a presentarse hacia el año y medio o dos años de edad, pero hacia los cinco ya deben desaparecer.
En esta etapa el menor puede ir presentando ciertos errores en su pronunciación que se van convirtiendo en hábitos que, de no corregirse, puede convertirse en problemas patológicos o causar problemas de sociabilidad o lectoescritura en la escolaridad.
Es decir, además de pronunciar mal la palabra, también podrían escribirla con errores.
Después de identificar la causa, los adultos deben consultar y ayudar a los niños diariamente a practicar y mejorar la articulación. “Es clave que le señalen al niño cómo se pronuncia bien cada palabra, sin repetir el error”, señala la fonoaudióloga Olga Arango.
Para Adriana Guzmán, “los profesores también desempeñan un papel primordial, tanto en la identificación del problema.
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Fuente utilizada: http://www.abcdelbebe.com/