Trastorno de la comunicacion: terapia ocupacional

¿Son útiles o no las terapias ocupacionales y cómo saber si su hijo las necesita?

Terapia ocupacional

Terapia ocupacional para niños

¿Son útiles o no las terapias ocupacionales y cómo saber si su hijo las necesita?

Fuente e imagen: http://www.abcdelbebe.com/

Terapia ocupacional para niños

“Es la encargada de velar por el bienestar del menor, de su ocupación y relación con el medio ambiente. Sirve para favorecer el desempeño en el colegio, a la hora de jugar, su autocuidado e interacción con los demás”, afirma la terapeuta ocupacional Maritza Ferro.

Ella explica que la terapia ocupacional trabaja en prevención, promoción y rehabilitación, desde las características y situación de los niños, quienes tienen como ocupación principal jugar y seguir siendo niños.

Quiénes asisten a la terapia

Niños con problemas en el desarrollo psicomotor, es decir:


motricidad gruesa (correr, saltar, jugar) o fina (escribir, colorear, recortar); hiperactivos, con dificultades de aprendizaje o atencionales: no les gusta permanecer sentados, seguir instrucciones, respetar al otro e, incluso, no comer las onces, cepillar los dientes ni tolerar la marquilla de la ropa (texturas)

Según Álvaro Izquierdo, neuropediatra, a nivel cerebral existen dos factores por las cuales el niño debe ser remitido a terapia ocupacional: uno, falta de estimulación o de maduración; dos, trastornos genéticamente determinados como dispasia (anormalidad en el aspecto de las células)

También en caso de factores de riesgo como nacimiento antes de tiempo, desnutrición, meningitis, bajo peso, falta de estimulación o maduración de las células del cerebro.

El neurólogo pediatra también interviene en la remisión al terapeuta ocupacional. “Sin embargo, no existen exámenes para determinarlo; es más una apreciación clínica, es decir, si un niño de ocho meses aún no se sienta o uno de un año, no coge granito, necesita terapia ocupacional”, afirma Izquierdo.

Quién identifica si debe ir o no a terapia

Germán Silva, pediatra egresado de Universidad El Bosque, asegura que la decisión de si el niño debe o no ir a terapia se debe tomar en conjunto, según el reporte del colegio (maestros y psicólogos), de la familia y, por supuesto, del pediatra. No siempre se requieren exámenes médicos específicos para hacer la remisión a la EPS.

Para verificar si el niño requiere o no la terapia, neuropsicólogos y neurólogos podrán entregar un diagnóstico final.

También se les hacen a los niños pruebas como Taca-taca, desarrollo de habilidades sensomotoras (pintura y desarrollo sensorial), sociales y de interacción, de autocuidado, control de esfínteres, tiempo libre y relación con su entorno, que las aplican las terapeutas.

¿Qué pasa en el cuerpo del niño?

Según la doctora Tobón, “a nivel físico, algunos de estos niños tienen mayor dificultad con el procesamiento de la información, en el cerebro tienen un patrón de madurez más despacioso para aprender ciertas cosas. 

Otra de las explicaciones es que no tienen un buen desarrollo de la habilidad con el sistema propioceptivo (posición de los músculos) y vestibular (relacionado con el equilibrio y el control espacial)

También está asociado el bajo tono muscular. Quienes lo padecen deben hacer un gran esfuerzo para hacer las cosas y se cansan fácilmente, se distraen, les pesan las cosas, no empujan, no halan. No varía acorde a la edad.

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