Trastorno de la comunicacion: Taquilalia. Sintomas.

Taquilalia: Sintomas

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Taquilalia: fluidez verbal

Dentro de las alteraciones de la fluidez verbal vamos a distinguir tres clases: la taquilalia, el farfulleo, y la disfemia. Vamos a comenzar con la definición de las alteraciones, para terminar con las características de las tres alteraciones, al ser éstas idénticas.
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Taquilalia: Sintomas

Es una forma precipitada u excesivamente rápida de hablar, en la cual se observan omisiones de fonemas y sílabas (sobretodo al final de una oración), la falta de ritmo llega a una cierta descoordinación respiratoria que provoca bloqueos y repeticiones.

El taquilálico es poco consciente de su forma de hablar, mientras que el disfémico lo es demasiado.

El farfulleo

Se manifiesta en una excesiva rapidez al hablar, articulación desordenada y ausencia de claridaden el mensaje verbal.

La disfemia

Es un trastorno de la fluidez del habla que se caracteriza por una expresión verbal interrumpida en su ritmo de un modo más o menos brusco. La disrupción del discurso se acompaña de otros signos que afectan a la coordinación fonorrespiratoria y al tono muscular junto con respuestas emocionales y negativas.

Las causas no se conocen de forma concreta y definida, puesto que existen muchos estudios que dan opiniones distintas. Las causas comúnmente aceptadas son:

Factores neurológicos. Factores psicológicos. Raíz linguística.

La semiología básica de la disfemia la constituyen dos formas diferenciadas de tartamudeo, y la mezcla de ambas:

Tartamudeo tónico, caracterizado por un habla entrecortada con espasmos que afectan a diversos grupos musculares relacionados con la fonación, que provocan un bloqueo en el habla.

El disfémico trata de resolver el bloqueo con un gran esfuerzo que intensifica aún más el tono muscular y provoca un habla explosiva y violenta.

Tartamudeo clónico, producido por breves y rápidas contracciones bucales que dan lugar a una repetición compulsiva de vocablos.

Tartamudeo tónico-clónico, ambas formas de tartamudeo suelen darse a la vez en el mismo sujeto, con mayor predominio de una de ellas.

Los signos que caracterizan el ámbito comunicativo linguístico de estos sujetos son:
Reacciones de ansiedad ante situaciones verbales. Con el tiempo, el disfémico aprende a reaccionar así de forma anticipada a la situación misma, con un incremento de la tensión muscular, ejerciendo un control "angustiado" de la emisión verbal.

Retraimiento, comportamiento de evitación o huida de la situación verbal. Miedo a hablar. Movimientos parásitos (tics) compulsivos que acompañan el tartamudeo, afectando preferentemente a la musculatura orofacial y del cuello.

Alteración funcional fonorrespiratoria al tartamudear, en forma de respiración paradójica, haciendo coincidir una inspiración espasmódica con la emisión del habla. Economía de la expresión verbal. Línea melódica plana (monotonía del habla)

Abuso de sinónimos: sustitución de palabras que al disfémico le resultan difíciles y a las que teme. Uso de "muletillas" verbales y embolofrasias, que parecen ayudar al disfémico a enlazar las frases con más fluidez.

Alteraciones del estilo, con "saltos" sintácticos y frases inacabadas. Expresiones grandilocuentes, perífrasis y lenguaje redundante.

Para la exploración completa de la disfemia se requieren unas cuantas sesiones, no sólo por la duración de las pruebas sino por la variabilidad del tartamudeo de unos momentos a otros.

En el caso de los niños pequeños, es aconsejable la observación del niño en el ámbito familiar para evaluar la interacción verbal con los padres. En este trastorno tiene todavía mayor importancia la completa realización de la anamnesis y la evaluación de los antecedentes.

En el examen de la disfemia se explora la expresión oral para evaluar el tipo y gravedad del trastorno de un modo objetivo, cuantificando la frecuencia e intensidad de los errores, así como describiendo el tipo y las características de los mismos con todos los síntomas asociados observables. La evaluación incluye los siguientes signos, que pueden agruparse en cuatro categorías:

Conducta verbal: Bloqueo tónico. Repetición clónica. Taquilalia. Pausas, prolongaciones. Economía de la expresión. Conducta motora: Esfuerzo. Tensión muscular. Tics y movimientos secundarios.

Alteración fonorrespiratoria y fono articulatoria. Ausencia de gestualidad, inhibición. Fenómenos linguísticos: Abuso de sinónimos. Perífrasis, expresión redundante.

"Saltos" sintácticos. Embolofrasias, "muletillas" verbales. Monotonía de la voz. Dificultad linguoespeculativa. Fenómenos emocionales: Retraimiento. Logofobia. Fobia a determinados vocablos. Ansiedad

El grado de severidad de la disfemia puede evaluarse objetivamente, por ejemplo, mediante la escala Wingate (1976)

La valoración subjetiva en el niño se realiza a través del diálogo tratando de que exprese sus sentimientos, los defina en lo posible y se sienta comprendido y apoyado.

A partir de cierta edad, puede evaluarse la conducta y actitudes del disfémico mediante procedimientos autoinformados y escalas que valoren el grado de inadecuación conductual y la autopercepción del trastorno (SANGORRIN, 1989).

Todo esto se traduce en unas NEE que variarán en función de la persona, pero que con carácter general son:

Trabajo psicoterapéutico con un psicólogo, para el control de las emociones. Trabajo logopédico en entonación, respiración y relajación. Actuar en los ambientes en los que se mueve. Sentir la necesidad de comunicarse. Aumentar su autoestima.

Alejar la atención de su habla. Tener una vida tranquila, con un horario regular y suficientes horas de sueño. No tomar bebidas excitantes, ni con mucha sal. Desarrollar su vocabulario y sintaxis.

Eliminar totalmente el tartamudeo es algo que no puede pretenderse comotratamiento logopédico único, debemos trabajar interdisciplinarmente con psicólogos, la familia y el propio niño para llevar a cabo la intervención.

El objetivo más razonable al tratar la disfemia es buscar eliminar al máximo la sintomatología asociada al tartamudeo, y en el caso del niño pequeño, tratar de evitar que el tartamudeo se complique. En cuanto al habla, se trata de reducir la tasa (intensidad y frecuencia) de errores, o, si se prefiere, aumentar la fluidez.

El tratamiento incluye los siguientes campos de acción:

Reducir el tartamudeo mediante el empleo de técnicas auxiliares. Descondicionar el habla de los factores externos que provocan habitualmente tartamudeo y de la respuesta de ansiedad.

Modificar actitudes y conducta verbal-social del disfémico. Mantener y extender el habla fluida en situaciones verbales cada vez más comprometidas.

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