A muchos niños les cuesta pronunciar la letra r, especialmente cuando todavía no han cumplido los cinco añitos, edad en la que se considera que los pequeños deberían lograr articular adecuadamente las consonantes.
Algunas de ellas son quizás un poco más difíciles y ofrecen un mayor grado de dificultad, por lo que puede ser conveniente hacer una visita al especialista.
No es el primer caso que conocemos, pero el hijo de una pareja de amigos que tiene casi 5 años, aún no pronuncia bien esta consonante y tras consultar al pediatra, la recomendación ha sido la habitual, que acuda al logopeda.
Este especialista del lenguaje infantil le explicó que las consonantes r, d y z suelen ser las que más complicaciones ofrecen en el lenguaje infantil.
Los defectos del lenguaje se suelen corregir por sí solos cuando los niños adquieren una mejor capacidad de audición, al ser ésta más precisa la pueden aplicar al lenguaje.
Es muy importante que los niños pronuncien adecuadamente cuando alcanzan los 5 añitos de edad, este es el momento en el que empiezan a aprender a leer y para que puedan reconocer esta letra en la lectura, su pronunciación adecuada es casi obligatoria, de lo contrario la lectura será más incomprensible dando lugar a varios errores.
El problema de la mala pronunciación de la consonante r se llama “rotacismo” y es debido a la mala colocación de la lengua que, junto al aire que se sopla no origina el sonido adecuado.
Existen casos en los que niños de 8 añitos todavía no pronuncian bien algunas letras, lo más curioso es la respuesta que te dan algunos padres cuando les preguntas sobre la pronunciación del niño.
En lugar de haber acudido al logopeda dicen que ya lo aprenderán, sin darse cuenta de cuánto puede afectarles esta deficiente pronunciación.
Además el problema puede ser generado por el frenillo lingual o labial, por eso es necesario acudir al especialista que será quien certifique cuál puede ser la causa.
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Fuente: http://www.bebesymas.com/
Disfluencias del lenguaje y tartamudez
La mayoría de los niños de entre 2 y 6 años presentan alguna dificultad para encarar el lenguaje fluido, pero sólo un 10% de éstos desarrollan un desorden severo. ¿Es algo pasajero o permanente?, ¿Cuándo recurrir a los profesionales?
El lenguaje es una habilidad compleja que involucra muchos procesos, desde los lingüístico hasta lo cognitivo.
En general, las disfluencias o la tartamudez son resultado de una falta de coordinación entre la intención de hablar y los músculos del habla. Esto es así porque los niños aprenden a pensar y a hablar al mismo tiempo.
Ejemplos comunes de disfluencias:
Repetición: Repetir sonidos o sílabas especialmente al comenzar la palabra: “El ni-ni-ño como la sopa” o “El-el-niño come la sopa”.
Pausas: “El ni (pausa) ño come la sopa” o “El niño come la (pausa) sopa.”
Prolongaciones: “El niiiño como la sopa” o “El niño come la ssssopa”.
Interposiciones: Son sonidos extras o palabras que no suman significado al mensaje. “El niño eh come la sopa”.
Lo importante es poder diferenciar las disfluencias del lenguaje de la tartamudez. La segunda es “una perturbación del habla y de la comunicación social, ya que ocurre solamente cuando un sujeto habla con alguien” explicó la fonoaudióloga Daniela Toré en la revista “Nacer, una aventura”.
No hay un único factor responsable. Se debe recurrir a un profesional si ocurre alguno de los siguientes:
- El niño presenta tres o más tipos de disfluencias simultáneamente (repetición, prolongación, pausas)
- Se ve tenso, realiza movimientos con la cabeza o parpadea al hablar.
- Se niega a hablar o dice “no puedo decir eso”.
Fuente: http://www.materna.com.ar/