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Depresión infantil |
En estas situaciones, nos podemos encontrar ante un niño deprimido. Los estudios demuestran que entre un 2% y un 2,5% de los niños en edad escolar están deprimidos.
Esta enfermedad es menos frecuente en la edad preescolar. Sin embargo, el número de adolescentes afectados por depresión es mayor, estimándose cifras de entre un 5% y un 8%.
Síntomas de la depresión infantil
El niño encuentra más dificultades que el adulto a la hora de comunicarse y expresar sus sentimientos. Por esta razón, en la edad preescolar la depresión se manifiesta mediante irritabilidad, fatiga, dolores de cabeza y un bajo tono general.
El niño llora con frecuencia, deja de interesarse por las cosas y muestra una falta de implicación en las relaciones con sus familiares y amigos. Suele ser habitual que los padres y profesores perciban que el niño ya no es el que era, que se encuentra raro.
Esta percepción debe tenerse en cuenta cuanto antes para intervenir en consecuencia. Evitaremos sufrimiento al niño, mejorará su pronóstico.
En la etapa escolar, aparecen síntomas como la tristeza, los sentimientos de culpa, la baja autoestima, la anorexia, la irritabilidad, la apatía, la dificultad para disfrutar con las cosas y las alteraciones del sueño.
Estos síntomas suelen llevar al niño a no querer participar en juegos colectivos y rehusar la comunicación con las personas, lo que genera un cierto aislamiento que, a su vez, le dificultará cada vez más la salida de esa situación.
Hay días en que los niños lloran continuamente, se enojan con frecuencia, no quieren jugar con sus amigos o se desconcentran a la hora de estudiar.
Muy pocos padres se preocupan porque saben que puede deberse a un simple resfrío que se está incubando, o al cansancio de un día muy agitado.
Sin embargo, cuando estos estados de ánimo se perpetúan más allá de un par de semanas y se unen a otros síntomas como la disminución de la vitalidad y alteraciones en el sueño y la alimentación, puede tratarse de una enfermedad: la depresión infantil.
Si bien su origen puede obedecer a múltiples factores, lo que no varía -según explica la psiquiatra infantil Constanza Recart- es que se trata de niños que lo están pasando muy mal, porque tienen una pena o dolor tan grande, que inhibe su desarrollo y altera alguna de las áreas de su conducta habitual, sea social o familiar.
Por esto, una de las señales que no se puede manipular es la mirada. Es una mirada que transmite esa tristeza.
Por su parte, la sicóloga Claudia Cambiaso explica que los síntomas van variando dependiendo de la etapa de desarrollo. En los lactantes y hasta los tres años, se producen trastornos en los ritmos básicos, es decir la alimentación y el sueño que pueden aumentar o disminuir.
También se observa apagamiento del pequeño y evitación de la mirada, junto a una mayor irritabilidad y agresividad.
Cuando ya se encuentra en etapa escolar, se agregan otros cambios como el aislamiento, no juega con sus pares; disminución de la concentración y rendimiento; baja autoestima, aparición de enuresis (hacerse pipí) y conductas fóbicas como no querer salir de la casa o no soportar despegarse de la mamá.
Pérdida o abandono
La aparición de la depresión puede obedecer tanto a factores individuales como sociales. Vivimos un tipo de vida que facilita el desencadenamiento de esta enfermedad.
Colegios cada vez más competitivos y exigentes. Familias menos extensas con ambos padres trabajando fuera, debilitándose los vínculos afectivos y la comunicación. Mayor individualismo que se traduce en falta de grupos o redes de apoyo.
Esto no significa que todos los niños se enfermen de depresión. Son factores de riesgo que aumentan sus probabilidades, pero no la determinan.
La depresión de uno de los padres o familiar directo eleva las posibilidades de sufrirla, puesto que el menor está inserto en un sistema que tiende a ella.
También la falta de contacto afectivo, que se puede traducir en sensación de abandono y baja autoestima ya que el niño siente que no es digno de cariño.
Sitio Web - Fuente:
http://www.casadesalud.com.mx/
http://www.salud.com/