El lenguaje infantil: la taquilalia

La taquilalia surge cuando hay una descompensación entre el influjo nervioso y la capacidad de movimiento de la boca. Debido a la rapidez de emisión, el lenguaje se hace incomprensible. Suelen ser los familiares, los únicos capaces de entender el mensaje que emite la persona afectada.

A veces vemos que el niño posee una gran capacidad de visualización, lo que provoca que vea el texto más rápido que los demás niños y le lleve a no poder expresar bien todo lo que ve puesto que sus movimientos linguales son más lentos que su capacidad de visualización.

Se puede confundir con la tartamudez. Pero un niño con taquilalia, a diferencia de un niño que padece tartamudez, se expresa mejor fuera del círculo familiar. Como ya vimos en la entrada sobre la tartamudez, éstos se expresan mejor en el círculo familiar.

La corrección de un niño con taquilalia depende de la gravedad de su defecto. Si el problema está muy arraigado, se corregirá, en primer lugar, llegando hasta la articulación de los fonemas y después a las combinaciones con las vocales (formación de palabras)

Hay casos en los que hay que acompasar con sílabas, aunque estos casos son muy raros.

Si el maestro o la maestra vigila atentamente a los niños, podrá darse cuanta rápidamente del problema y así comenzar a corregirlo cuanto antes.

Utilizará medios como la formación de listas con palabras que posean elementos eliminados por el niño a causa de su problema. De este modo se los hará repetir una y
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