Lenguaje y autismo.

El primer problema al que nos enfrentamos, es el de precisar el limite de lo "normal" y lo "patológico" en materia de lenguaje.

De una manera intuitiva, la generalidad acepta como atributos esenciales de un habla "normal" el empleo apropiado de las palabras según su significado, la cantidad y la calidad del vocabulario suficiente y precisa.

La calidad de la articulación, la forma gramatical adecuada, el ritmo y velocidad apropiados, en lo que se refiere a la voz en forma especial, la audibilidad (volumen apropiado)

La cualidad agradable, el tono apropiado a la edad y sexo, la entonación de la frase en concordancia con su significado y sus necesidades expresivas.

Ahora bien, el concepto de lo normal es un tanto subjetivos y dependiendo del criterio del examinador que va a emitir el juicio y de las normas sociales en que se apoya para establecer la comparación.

Elizabeth McDowell dice, refiriéndose al concepto de lenguaje normal: " un buen lenguaje " es un término de valores relativos... bueno para que... bueno en que circunstancias... por lo tanto, no debe pedirse que nos adaptemos a una sola norma descrita como lenguaje correcto.

Cada individuo emplea más de un estilo para hablar, según se lo dictan sus necesidades, de situación en situación".

Para el especialista en ortolalia la aceptación del concepto de lenguaje normal, debe abarcar los puntos de vista fisiológico, lingüístico estadístico, social, individual y temporal que lo definen.

Desde el punto de vista fisiológico, el habla normal es la que se produce sin ninguna alteración en su dinámica anatómofuncional.

Según la lingüística, es aquella que se ajusta a la norma tradicional impuesta por la colectividad.

Autismo. Características comunes especiales.
Después de describir detalladamente los casos de 11 niños, Kanner comentaba sus características comunes especiales.

1. Las relaciones sociales. Para Kanner, el rasgo fundamental del síndrome de autismo era "la incapacidad para relacionarse normalmente con las personas y las situaciones" (1943, p. 20), sobre la que hacía la siguiente reflexión:

"Desde el principio hay una extrema soledad autista, algo que en lo posible desestima, ignora o impide la entrada de todo lo que le llega al niño desde fuera.

El contacto físico directo, o aquellos movimientos o ruidos que amenazan con romper la soledad, se tratan como si no estuvieran ahí o, si no basta con eso, se sienten dolorosamente como una penosa interferencia" (ibídem). 2. La comunicación y el lenguaje.

Kanner destacaba también un amplio conjunto de deficiencias y alteraciones en la comunicación y el lenguaje de los niños autistas, a las que dedicó un artículo monográfico en 1946 titulado "Lenguaje irrelevante y metafórico en el autismo infantil precoz".

Tanto en este artículo como también en el artículo del año 1943 se señala la ausencia de lenguaje en algunos niños autistas.

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